Y un día te das cuenta, de que por mucho que creas sentir amor hacia alguien, si ese “amor” no te hace sentir bien, debes apartarlo de tu vida, si de verdad quieres vivir en paz.
Descubres que el amor si es de verdad sana y no duele, porque un amor limpio sale desde el corazón y todo lo que sale desde lo más profundo de nuestro ser, no puede hacer otra cosa más que sanar.
El apego y la dependencia nos ciegan, inventando una historia que nosotros mismo creamos en nuestra mente, y a la que nos aferramos como si fuera real.
Pero cuando despiertas, te das cuenta que todo lo que has creado no existe y que lo único que has estado haciendo es aferrarte a algo que solo está en tu mente.
Te das cuenta que antes de querer a nadie debes quererte a tí, porque tú eres la persona más importante de tu vida.
Y si tú no te amas ni te respetas, nadie lo va hacer, creeme.
Date el valor que te mereces.
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